jueves, 18 de noviembre de 2010

Vida

Confirmamos la peor de las posibilidades para la enfermedad de Tripi. La dueña encajó regular la noticia y decidió no luchar. Esta tarde me ha tocado procurarle un descanso digno.
Por suerte, casi a la vez han aparecido un grupo de simpáticas cachorritas de Yorky. Han corrido por toda la clínica, jugando, husmeando, buscando comida en el vientre de su mamá. Tres de ellas aún están buscando un nuevo hogar.

lunes, 15 de noviembre de 2010

Riñones

A finales de la semana pasada recibimos a Tripi, un encantadora gata atigrada y blanca. Según pudimos averiguar, tarea que resultó bastante árdua ya que su dueña no se aclaraba, apenas comía y estaba tristona. Como el animal ya es mayor y no apreciamos nada especialmente significativo durante la exploración, procedimos a tomar una muestra de sangre para realizarle un análisis. Los gatos mayores sufren a menudo de insuficiencia renal crónica. Tal vez debido a su alimentación estrictamente carnívora, el paso del tiempo acaba por degradar los riñones, que no son capaces de realizar su función principal (limpiar la sangre de sustancias dañinas), y los animales caen enfermos.
Los resultados del análisis nos confirmó nuestros temores, tenía unos niveles de creatinina en torno al triple de lo normal. Cuando este metabolito se dispara, hay que pensar que el animal ya se encuentra en bastante mal estado. Si se trata de una insuficiencia renal crónica, poco más podemos hacer que medicarle y controlar su dieta con la esperanza de paliar los síntomas; pero es un proceso progresivo y, más antes que después, acaba con su calidad de vida.
Convecimos a la dueña para que nos dejase hacerle una ecografía. Con esta prueba tenemos una absoluta seguridad del proceso, y además su pronóstico. Los riñones afectados disminuyen de tamaño y pierden su arquitectura. Según cómo los vemos, sabemos lo avanzado que se encuentra; pero en algunos casos, podemos encontrar patologías con síntomas similares en las que sí podemos hacer algo. Hace algo más de año y medio, recuerdo que encontramos en Thor, otro caso similar, los riñones algo tocados. Pero la causa de sus afecciones era una pancreatitis. Unos días de tratamiento bastaron para recuperarlo, y aún sigue dando guerra a sus 17 años.
Esta es la ecografía de Tripi:
Un riñón



El otro



Ninguno de los dos tiene disminuido el tamaño (lo normal es en torno a 3,7 cm de diámetro mayor), sino todo lo contrario. Ya nos las veíamos felices pensando en una pielonefritis (infección) más o menos atajable con un tratamiento antibiótico cuando ha aparecido esto otro:



La imagen corresponde al ciego (el apéndice). La pared está engrosada y aparece un acúmulo de líquido. Hemos tomado una muestra por aspiración, mañana tendremos el resultado, pero hay muchas posibilidades de que se trate de un linfoma (cáncer) que le ha afectado a los riñones. Si es así, aún tenemos una esperanza de tratamiento, el linfoma es uno de los cánceres que mejor responde a la terapia; otra cosa es que nos dejen trabajar.
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Aparte quería comunicar que el incidente que relaté en la anterior entrada entre el perro (Berry) y el niño, no pasó a mayores. Lo que parecía un mordisco grave se quedó en una herida en el párpado. El animal no ha sido declarado peligroso y lo que iba a ser una sanción administrativa, ni tan siquiera ha prosperado. La cosa quedó en un desagradable susto y poco más.
Como epílogo me contaron que el crio, un par de días después, fue en busca de otro perro (esta vez lo pararon a tiempo) y el pobre Berry, del sofocón, estuvo unos días sin querer comer y con la tripa suelta.