martes, 30 de marzo de 2010

A pares

Por alguna extraña razón, cuando vemos una patología, a menudo se repite. Hoy ha venido Coquito, con otra obstrucción uretral. Si tuviera que explicarlo, apostaría porque alguna casa de piensos ha lanzado una oferta irresistible al mercado de comida para gatos. Porque este problema está relaccionado con la calidad de la comida. He preguntado a los dueños pero no me han dicho la marca que le han dado ultimamente.
Por suerte, el día ha sido relativamente tranquilo, y aunque ha llegado tarde, hemos podido trabajar sin tanta agitación como ayer.
Jivo está estupendamente. Le hemos puesto otra botella de suero y ya bebe y va comiendo poco a poco.


Me gruñe cada vez que me acerco. Buena señal.
Y este otro pobre es Coquito, recien sondado

Este aún no me bufa, a ver mañana.

lunes, 29 de marzo de 2010

Locura

De igual forma que hay días en los que no pasan las horas, hay otros vuelan. Hoy ha sido uno de estos, y ahora, ya terminada la faena, además de cansado estoy satisfecho. Ha sido una paliza, pero tengo la sensación de haber hecho bien mi trabajo.
A forma de repaso rápido, he operado un criptorquido (sin ningún testículo en la bolsa escrotal), Paco, un cruce de Stafford encantador de apenas un año. Hemos contado con la colaboración y el apoyo de sus dueños. Les he telefoneado hace unos minutos, ya al final de la jornada, y el único problema es que se come a dios por los piés, señal de que todo ha ido bien. Entretanto hemos castrado otro gato y hemos tenido algunas consultas sin demasiada importancia. Un montón de tiendecitas, un análisis de una gata que pasó una insuficiencia renal hace dos años y quieren operarla porque tiene el celo ya de continuo y así hemos ido pasando la mañana.
Por la tarde había peluquería, seis perros a los que hemos puesto el traje de verano. Y estando en esto, he recibido a una pareja que me venía a preguntar sobre su gato, que vomitaba y no comía desde principio del fin de semana. Algunos clientes tratan de evitarse el pagar una consulta, o tal vez piden opinión y si les convence la respuesta, vuelven más decididos. En este caso, tras preguntarles un poco, cuando ya se iban con idea de darle un poco de aceite por si se trataba de alguna bola de pelo en el estómago, me comentan que el gato orina muchas gotitas, que quieren vacunarlo, castrarlo...no sé bien cómo se ma ha ocurrido preguntarles si iba mucho a su caja, y me han respondido que hasta se quedaba dormido en ella. He pensado que podía tratarse de una obstrucción de vías urinarias y les he instado a que me lo trajeran. Cuando han venido, había un par de personas esperando, pero esto era más urgente. Lo he palpado, y su vejiga era como una pelota de tenis.
Ciertos metabolitos que aparecen de forma habitual en la orina de los gatos, tienden a cristalizar si la acidez de esta es baja. Poco a poco, los microcristales se convierten en arenillas y luego en cálculos más grandes. En los machos, al salir junto con la orina por la uretra, se obstruye en la parte final del pene. De esta forma, el animal no puede orinar, la vejiga se llena y los riñones dejan de funcionar (filtran por un mecanismo de presión; si esta no es adecuada, cesan de hacerlo). El sistema renal es el encargado de depurar de la sangre todos los subproductos del metabolismo. Si no se desechan, se produce una autointoxicación, que entre otros síntomas, produce vómitos.
La forma habitual de resolver esto es sondar al gato. Se introduce una cánula por el pene hasta la vejiga (tarea en ocasiones muy complicada) y se vacía la orina retenida. Se hace bajo anestesia general. Se ha de coger una vía venosa y se intenta restablecer el equilibrio de electrolitos de la sangre, además de forzar la diuresis (trabajo del sistema renal). Un buen ratito, vamos.
En ello estábamos, con el baile de las peluquerías, cuando ha venido una pareja con un bull terrier. Tenía gastroenteritis. En lo que Elena resolvía con pericia el asunto de Jivo (el gato), yo escuchaba como Derek (el perro) llevaba seis días sin comer y vomitando a menudo. Este había tenido la suerte de dar con un compañero que le había inyectado un antinflamatorio (?), le había dado unas ampollas para echarlas en el agua y un par de latas de un paté de dieta. El pobre seguía vomitando igual. Le he puesto tratamiento sintomático y se ha ido para casa. Yo creo que irá mejor.
Hemos entregado al gato a sus dueños a última hora. Le hicimos un análisis y el resultado es dantesco. Mañana lo traeran a seguir poniendo suero. Vamos a ver si su juventud le ayuda (tiene poco más de un año) porque está bastante tocado. Pero a pesar de todo, creo que lo sacaremos adelante.

viernes, 26 de marzo de 2010

Alimento III: Acertar

No es posible afirmar qué comida es la mejor. Siempre hay alguna alternativa que tendrá ventajas en ciertos aspectos. Mucho más difícil es recomendar una marca. De hecho, las más conocidas tienen gamas desde el tramo más elitista al más modesto. Los fabricantes pretenden siempre ganar dinero, lo máximo que pueden. La mayoría de los clientes, no gastar más de lo necesario.
El sentido común dictará unas normas.
Calidad
-La formulación cuantitativa de las comidas es muy similar. Una variación en uno o dos puntos porcentuales en la proteína, o en calcio, no lo hacen mejor. Es más importante la calidad de las materias primas, y es casi imposible determinarla a simple vista. Sólo el precio nos puede dar una idea.
-La ingesta depende fundamentalmente de la cantidad de grasa. El resto de los componentes están adecuados a ese factor. La comida light ayuda a engañar un poco el apetito, porque además suelen aumentar el pocentaje de fibra, pero sólo eso.
-La cantidad que necesita cada animal el única. Depende de muchos factores, fundamentalmente de lo activo que sea y de la voracidad. Todos los sacos tienen una recomendación diaria aproximada, pero es solo orientativa. Hay que observar si se encuentra en su peso optimo e ir adaptandose a ello.
-No hay alimentos milagrosos, por mucho que prometan. Si un animal está obeso, no baja el peso sólo con una comida baja en grasa, seguramente necesita más actividad. Si es muy ansioso, no se saciará de repente por cambiar el tipo de alimento.
-Una estrategia comercial muy utilizada es ofrecer mejoras sorprendentes. También presentar un producto enriquecido con componentes que por lógica, ya tenían que incluir (vitaminas, minerales...). Es habitual que se aproveche la concienciación lograda por campañas de otros productos (dieta mediterranea, omega 3...)
-Hay que desconfiar de las variedades rocambolescas. No tiene lógica pensar que un animal, por ser de una raza determinada, tenga unas necesidades diferentes que un primo suyo.
-Hay que cuidar el envase, tanto en el momento de la elección como una vez abierto. Cerrarlo bien; si es de gran tamaño, separar comida para unos días a un recipiente hermético. Preservarlo de calor y humedad.
-Cuidado especial con los gatos. Su metabolismo es extremadamente exigente. Muchas de las consultas clínicas vienen como consecuencia de una nutrición inadecuada. Teniendo en cuenta el gasto que supone, mejor un alimento de gama alta.
-Cambiar de marca es contraproducente. Si un alimento funciona bien, es preferible seguir con él. Variar de marca o variedad en cada saco, no acaba con su aburrimiento más allá de unos pocos días. Y se corre el riesgo de que algún componente de la nueva elección nos acarree problemas.
Precio
-Hay alimentos que tienen un precio disparatado por razones de marketing. Se ofrecen como producto de lujo. Una diferencia de diez veces en el precio, no refleja necesariamente diez veces mejor calidad (pensad en vino, bolsos...). De igual forma, hay que recelar de los alimentos muy baratos, por muy bien presentado que estén, y por muchos anuncios de perros/gatos preciosos que emitan en televisión.
-Un alimento muy caro generalmente es bueno. No necesariamente quiere decir que se lo coma bien nuestra mascota, pero seguro que le va a cubrir las por completo necesidades nutricionales.
-El precio siempre está en función del consumo. Es mejor calcular el gasto semanal que el que se hace en el momento de la compra. Lógicamente, para un animal pequeño, la inversión es mucho menor, por lo que es más lógico elegir un producto más caro.
-No comprar comida para más de un mes, aunque resulte más a cuenta. Las grasas exteriores son las primeras en empobrecerse en contacto con el aire. Como consecuencia, les cuesta mucho comer un alimento que las hayan perdido.
-La otra estrategia habitual es ofrecer ofertas irresistibles. Y aunque a las compañías no les interesa reducir drásticamente la calidad, tienen posibilidad de abaratar costes que repercuten en el producto; y aprovechan el lanzamiento de una mueva variedad que justifique el cambio. Nadie regala nada.
Ademas...
-Para el animal, alimentarse es una de sus prioridades, por instinto. Si no hay otro remedio, comerán lo que haya, pero ofrecerles un alimento que les agrade es una forma de hacerles felices.
-Las comidas caseras hacen que se desequilibre la dieta. Tienden a comer siempre primero la proteína, y a no ingerir la fibra. Además, causan sarro y desajustes digestivos.
-La cantidad puede variar en función de la época. Un animal puede comer en invierno hasta dos veces y media más que cuando hace calor (a nosotros también nos pasa, no se suelen comer guisos en verano y los agradecemos en invierno). También depende de la actividad física. lo nervioso que sea...etc
-Las comidas enlatadas tienen en torno al 85% de agua, los pienso en torno al diez. Una lata alimenta muy poco. Además, manchan la dentadura y a menudo son producidas con materias primas secundarias.
-La digestión de las mascotas es mucho más laboriosa que la nuestra. Tanto la velocidad de los movimientos digestivos, como la secrección de jugos es un proceso lento, por lo que generalmente, una comida al día es suficiente. Algunos animales requieren dos tomas, más por un tema psicológico que fisiológico (aburrimiento, ansiedad...).
-Los cachorros necesitan más tomas que los adultos. Su metabolismo es más rápido y además de para mantenimiento, requieren nutrientes para crecer. Hasta los seis meses, es recomendable darle al menos tres tomas, cuatro incluso si son menores de tres meses.
-No existe ninguna razón objetiva por la que el ayuno total una vez por semana sea recomendable.

lunes, 22 de marzo de 2010

Agrio

Supongo que es normal que en estas entradas comente los casos que por su naturaleza, dejan un regusto agrio. Me acaban de comunicar que Saylor, el rottweiler, ha muerto. Repetimos a final de semana los análisis y seguían con muy mala pinta. En lo que pensaban qué hacer, no ha habido nada que hacer. Un buen perro, una buena vida; nos queda ese consuelo.
Para rematar, ha venido Dana. Es una simpatica canichita que en abril cumplirá ocho años. En mayo del año pasado, detectamos varios tumores de mama. La operamos inmediatamente. Hay una regla que reza que cuanto antes aparece el cáncer, peor pronóstico tiene. Por suerte, no siempre se cumple, pero por oficio desconfiamos de cualquier tumor en animales jóvenes. La castramos, como está prescrito en estos casos, y la extirpamos un par de tumores de mama que, macroscopicamente, no presentaban muy mal aspecto. Los guardamos en formol, ya que prefirieron no analizarlos de inmediato. En octubre, otros dos pequeños bultos.
A pesar del desaliento de los dueños, volvimos a operarla; no habían transcurrido ni seis meses desde la primera vez. En esta ocasión, mandamos a anatomía patológica las muestras. El resultado confirmó nuestras peores sospechas. Se trata de un carcinoma sólido de grado tres. Dentro de su familia, el apellido no es de los peores, pero dentro de los grados, que indican potencia de malignidad, es el peor. Por suerte, en la muestra no se apreciaba embolización, es decir, signos de metástasis (extensión, generalmente por vía sanguinea, a otros órganos). Habíamos actuado a tiempo.
Hoy la he examinado. Sólo verla llegar, ya me ha dado el cosquilleo. Me he dicho a mí mismo que tal vez le tocara la revisión anual, o la pastilla antiparasitaria. Pero era lo que más temía. Dana tiene dos tumores en la misma zona. Uno como una moneda de euro, el otro como una de diez céntimos. Han pasado cinco meses desde la última intervención.
Por si la patología en sí no fuera suficiente problema, ahora hay que luchar con las reticencias de los dueños. Reconozco que estar operando al animal cada seis meses no es plato de gusto para nadie. Pero no hay otra forma de luchar por su vida. Esto funciona así, aparece un tumor, la operamos, se espera. Ganamos unos meses de buena calidad de vida, vuelve a aparecer otro tumor, volvemos a quitarlo. Y de esta forma vamos arañando meses. Si no la hubiesen operado por primera vez, dudo que ahora estuviera con nosotros. Bendita profesión. A ver que deciden...

miércoles, 17 de marzo de 2010

Alimento II: El producto

No sabría decir cuántas comidas distintas se comercializan, pero seguro que son cientos. Continuamente intentan introducirse nuevas marcas en un mercado saturado. Porque el volumen de negocio que generan es muy importante (400 millones de euros sólo en España durante 2008).
Fundamentalmente, existen dos grupos de alimentos:
Los llamados premiun: Sólo se venden en clínicas y tiendas especializadas, están producidos con materias primas de primera calidad y cuestan mucho dinero.
Los comerciales: Se venden en supermercados, las materias primas no son tan selectas y su coste es moderado.
Cuando se empezaron a introducirse, los piensos premiun eran de importación. Aparte, había una diferencia abismal en comparación con los granulados nacionales, algo así como entre un destilado de malta escocés y una cazalla de taberna. Según fue creciendo el mercado, esta diferencia se empiezó a estrechar. Las marcas caras se decidieron por una estrategia de imagen, gastando cuantiosas cantidades en publicidad y en alicientes para los puntos de venta. Entretanto, los piensos más modestos apostaron por el cauce habitual, afianzandose en el hueco que no ocupaban las otras, es decir, las tiendas de alimentación (y más tarde los super e hipermercados). Unos cuidaban la imagen y la exclusividad; las otras el precio y el volumen de ventas.
Hoy en día, el abanico es tan amplio que la diferencia entre las peores premiun (incluso algunas se ofertan como tales y no lo son) y las mejores comerciales, es una linea muy fina. Incluso hay comidas intermedias que curiosamente se venden en clínicas y en supermercados, con distinto nombre y envase, siendo prácticamente idéntico el contenido.
Profundizando un poco en otros aspectos:
- El valor nutritivo:Fundamental. Los animales tardan en comer un saco aproximadamente un mes. Es tiempo suficiente para que las carencias de un alimento se noten. Y viceversa, si es óptimo, que luzca. En ello interviene la calidad de la materia prima, la formula y el proceso de producción.
Yo siempre comparo este aspecto con el jamón cocido (york). En el mostrador, todos parecen semejantes, pero las madres saben cual compran para sus hijos y por qué.
- La palatabilidad (facilidad con que lo consumen): Los animales se cansan de comer siempre lo mismo. Más si lo comparan con las exquisiteces que les damos en ocasiones (pollo asado, foie micuit...). Parte de las grasas que llevan las croquetas de pienso, son pulverizadas al final de la fabricación. Según la cantidad y calidad de estas, el alimento es ingerido con distinta avidez. Y esto satisface a los dueños. Lógicamente, un premiun suele ser más apetitoso, ya que las grasas son más y mejores (al igual que el resto de las materias primas).
Pasa igual con el chocolate. Todos hemos probado de distintos tipos y, normalmente, sabemos cual es mejor y lo que cuesta.
- La calidad del envase: La comida se degrada. Desde que es fabricada hasta que es consumida, pueden pasar semanas (los fabricantes intentan ajustar la producción para que este lapso sea lo menor posible). Cuanto mayor sea la calidad del envase, en mejores condiciones llega hasta el plato. Por lógica, una comida de gran calidad, con materias primas muy caras, no debe echarse a perder por una bolsa inadecuada. De igual forma, si lo importante es que sea elegido por otros atractivos (bajo precio), no es necesario una inversión desmedida. Porque los envases, valen mucho dinero, en ocasiones tanto como lo que contienen.
Esto mismo ocurre con muchos productos, un ejemplo: el tapón del vino. Vemos botellas con con un corcho macizo y otras con tapón de plástico plano o uno de rosca.
- El exterior: Las marcas saben que es fundamental que nos atraiga el diseño de la bolsa. Las premiun usan sacos sobrios, "elegantes". Utilizan un código de colores sencillo para las distintas variedades. Apenas aparece más que un dibujo, o una pequeña foto, para diferenciar perro/gato o cachorro/adulto.
Las adsequibles usan bolsas con grandes fotografías de perros espectaculares, campeones de belleza, a menudo acompañados de un niño o inmersos en un bello paisaje. Usan colores vivos para resaltar en las estanterías.
Lo mismo pasa como con las mermeladas.
- La estrategia comercial: Los premiun se basa en la recomendación de los profesionales. Piensan que si son ofrecidos por veterinarios o especialistas, se venderán mejor. Aparte, necesitan unir su imagen a éstos para que puedan tener un precio cuatro o cinco veces mayor que sus competidores. Los otros usan las mismas normas que cualquier producto: envase atractivo, campañas constantes de publicidad, ofertas jugosas...
Es similar al tema de los dentífricos. Los que te aconsejan los dentistas sólo se encuentran en farmacias. Venden bastantes menos unidades que los que todos conocemos, y cuestan bastante más.
- Las variedades: En un principio sólo había un tipo de comida. La primera diferencia se hizo entre cachorro y adulto. Más tarde aparecieron variedades para alto rendimiento (perros de caza...) e hipocalóricas (ligth). Pasó un tiempo y vino la revolución del tamaño del animal. Casi todas las marcas triplicaron la oferta en función de la talla (de los perros), ofreciendo croquetas pequeñas, medianas y grandes, variando además ligeramente la composición (los perros pequeños necesitan más energía). Los gurus del marketing se dan cuenta de que la elección del producto es mayor cuanto más crea el comprador que se adapta a sus necesidades. Y continúan ampliando el abanico de la oferta. De esta forma, hoy en día se ofrecen variedades para cada raza, y dentro de cada raza, para los distintos tramos de edad. Una locura; una sola marca puede llegar a ofertar cien referencias distintas.
Esto ocurre también con, por ejemplo, los limpiadores domésticos; hay uno para cada parte de cada habitación.

Arena y cal

Saylor, el rottweiler no levanta cabeza. Pudimos a la infección, está ligeramente mejor de ánimo, pero tiene una anemia tremenda que no ha recuperado. Ahora mismo, operarle sería un riesgo. Los dueños siguen teniendo muchas dudas; el perro cumplió trece años en diciembre y les asusta iniciar un camino de cirugías, transfusiones y hospital. Tal vez el lunes hacemos por fin la ecografía. Tal vez no...
Por otra parte, tenemos a Tango, un enorme esquimal de la misma edad. Le están fallando las patas de atrás. Y los dueños son una pareja jóven con niños pequeños. Este es el perro de la hija de los dueños de Goofy, el que tenía mal la patita de atrás y le dieron una medicación desmedida que le afectó el hígado. Lo veo un poco negro, por lo que me contaba, solo ven una solución, la que no tiene remedio.
Vino una cachorra de tres meses, Trufa. Tiene un carácter que más que miedoso, es presa del pánico cada vez que se le acerca alguien desconocido. La recibimos con toda la paciencia del mundo, hasta que se dejó tocar. Ya más tranquila, campeó a sus anchas por la clínica y aceptó alguna golosina. Necesitaba vacunarse. La subimos a la mesa, la tomamos la temperatura y empezó a ponerse nerviosa. Al limpiarle el oido se revovió entre gritos y me mordió. Hubo que sujetarla entre dos para poder mirarla. Ahora mismo, es un cachorro, pero apunta a que pesará en torno a venticinco kilos. Un peligro.
Lo que le ocurre a esta perrita es algo similar al autismo en las personas. Teme todo lo que se sale de su mundo. Y cualquier estímulo externo le hace entrar en un estado de pánico. Al igual que las personas se ponen a gritar, o a dar golpes sin sentido, ella chilla y muerde.
Intenté concienciar a la dueña, pero ella piensa que podrá hacerla cambiar a base de atenciones y cariño. Estaba viendo todos los capítulos del encantador de perros. Le dejé un par de teléfonos de especialistas, espero que acuda a su consulta. Va a dar problemas. Viven en Madrid, y era la primera vez que venían a la clínica. No sé si volveré a saber de ellas, ya veremos.
La de cal viene de nuevo por Rubi la perrita con Cushing y las rodillas destrozadas.. Los análisis de control han resultado satisfactorios, se va recuperando y seguramente la operan después de semana santa. Volvimos a hablar con el traumatólogo y dentro del pronóstico reservado, es optimista. Repetimos la ecografía. Tenemos una imagen formidable de su glándula suprarrenal derecha:



Realmente tiene forma de cacahuete. El diámetro máximo (distancia B), en su estado normal, no supera los 7 mm.

martes, 16 de marzo de 2010

Alimento I: Comienzos

Si damos un paseo por un supermercado, podemos ver una oferta de alimentos para pequeños animales enorme. Si el paseo lo damos por una tienda especializada, podemos marearnos ante la inmensa cantidad de marcas y variedades. Todos los dueños queremos acertar en la elección, sabemos que es un aspecto importante para la salud y el bienestar de nuestras mascotas, tal vez el más importante.
Los alimentos compuestos (pienso) nacen porque alguien se da cuenta de la cantidad de subproductos que se pueden aprovechar. En cierto sentido, ya se hacía; las gallinas, los cochinos, los perros y gatos... todos se alimentaban de "restos". Pero al igual que del hollejo, tras la prensa de la uva, se hace orujo, y que de la paja del cereal se hace forraje, el salvado resultante de la molienda, se le da al ganado, y éste engorda.
Se industrializa la producción de alimentos. Pasamos de comer pollo (de corral) en las bodas a naves repletas de "broilers" de crecimiento rápido (los que vemos en los puestos del mercado tienen entre ocho y doce semanas de vida, no más). De los desperdicios de la carne, se comienza a producir harinas (tengo venticinco toneladas de patas de pollo que voy a tirar. Las muelo, las tamizo y obtengo un producto con un buen porcentaje de proteína y grasa). Unimos a estas harinas, el salvado y algo de vegetales sobrantes. Lo mezclamos, secamos, damos forma y ya tenemos una fantástica comida para animales.
De las mismas fábricas, se produce alimento para perros. En un principio, para los que eran considerados como ganado (realas, perros de finca...). La pasta se hace tiras, se deja secar y luego se corta en una especie de cuadraditos. A esto se le denomina "granulado". Hoy en día aún se comercializa.
Los ingenieros, veterinarios y demás, empiezan a modificar las materias primas y las composiciones, en principio con objeto de aumentar el rendimiento del ganado. Si añaden soja (vegetal con un 60% de proteína, aunque de valor biológico inferior), se hace más adecuado para el crecimiento. Si se añaden grasas bastas (palma, colza...) aumenta el engorde. Juegan con el volumen del grano y del compuesto final (a menor tamaño , menor esfuerzo para digerirlo, pero mayor velocidad de paso y algunos nutrientes no se aprovechan bien...). Y aparece una nueva tecnica que es la estrella hasta nuestros días: el extrusionado. Para no alargarme mucho, se trata de hacer una "croqueta" porosa en vez de maciza, de forma que los jugos penetren y hagan más fácil la digestión.
A finales de los 70 y principios de los ochenta ya hay sacos de pienso para perros en los almacenes de alimento de ganado. Aparecen tímidamente sacos más pequeños en las pajarerías y en las tiendas de semillas. Empiezan a abrirse clínicas. Se ofrecen los alimentos "premiun". Vienen de las mismas compañías que se han establecido para fabricar y comercializar alimento ganadero. Y traen de sus países de origen piensos de buena calidad para mascotas. Algunas firmas americanas construyen aquí sus propias fábricas, mirando de reojo todo el mercado europeo.
La comida seca tiene muchas ventajas frente a la casera. Es más cómoda (no hay que cocinar); es barata; es limpia (puedes dejar un plato de pienso un día entero y no se echa a perder). En los envases se presentan como "adecuada" para ellos, con todos los nutrientes y minerales necesarios. Se los comen más o menos bien. Ya sólo hace falta una foto bonita y mucha avaricia para llegar hasta nuestros días

jueves, 11 de marzo de 2010

Preocupaciones

Tenemos con suero a Casper, un precioso persa de 12 años. Tiene muy mala pinta. Empezó con una retención de heces. Ya estuvo así en verano y conseguimos vaciarlo a base de mucho trabajo. Cuando los gatos se estriñen, las heces tienden a hacerse verdaderas piedras, en parte debido a que están formadas por los pelos que ingieren cuando se asean. Como estaba tan decaído, le hicimos un análisis de sangre. Tiene todos los indicadores disparados, hígado, riñón...pero sobre todo, una deshidratación tremenda. Le hemos puesto una botella de suero y según iban cayendo las gotas, iba él recuperando el ánimo. Parece mentira que pueda alegrarme que un gato me bufe; señal de que estaba mejor, sin duda. Le pusimos un último enema poco antes de irse. Unos minutos después, nos dijo la dueña que había podido expulsar algo. Buenas noticias, A ver si le sacamos....
Tenemos aparte otro caso complicado. Rubi, un cruce pequeño de unos siete años, volvió ayer del traumatólogo. Esta perra empezó a estar fastidiada el verano pasado. Le hicimos varios análisis sin que se viera nada extraño, pero la perra seguía decaída, inflada, polidipsia-poliuria, con el pelaje ralo... En el tercer análisis vimos algún indicador de que podía ser hipercorticismo (el famoso síndrome de Cushing). Le hicimos una ecografía que confirmó el diagnóstico. Se le prescribió el tratamiento y mejoró. Volví a recibirla un par de veces y poco a poco se iba recuperando. Pasó de beber dos litros de agua al día a sólo medio, mejoró el pelaje. Pero seguía sin querer moverse. Y con un tripón enorme (Con el aumento de cortisona, se produce debilidad muscular general, y esa debilidad, en los músculos abdominales, unido a la ingesta desmedida de agua, hace que aparezca el abdomen muy hinchado. Con el tratamiento se resulven ambas cosas. Pero en este caso no era así).
La semana pasada apareció. Iba arrastrando las patas traseras. Desde siempre ha tenido mal las rodillas, pero al explorarla, vi que estaban completamente destrozadas. Y la envié al traumatólogo.
Ayer me llamó. Tiene los ligamentos cruzados rotos y desde hace bastante tiempo. Recordando, ha tenido episodios de cojera, pero siempre se han resuelto muy bien con unos días de antinflamatorio. Se ve que de tanto sufrir sobrepeso, al final los ligamentos no han aguantado. De esta forma, la perra apenas se mueve (por eso no disminuye su barriga).
Me han mandado las radiografías. Esto es una rodilla normal.

El fémur (arriba) tiene la parte articular muy curvada puesto que es una articulación que require mucho movimiento. Se apoya en una superficie tanbiém algo curvada (tibia).
Esta es la rodilla de Rubi:
El ligamento que sostiene el fémur en su sitio (mucho más arriba), es el que está roto.Además la superficie articular está muy deformada.
Solución: pues no lo tenemos muy bien. La lesión lleva mucho tiempo y la perra tiene un sobrepeso extraordinario. No sabemos cuánto cartílago en buen estado queda. Normalmente, se recomienda hacer las dos rodillas a la vez, pero en esta ocasión se operará primero una y según el resultado, veremos la otra...
Los dueños están indecisos. La verdad es que adoran a la perra (que se lo merece, porque es un encanto), pero están preocupados por el curso de su enfermedad (Cushing) antes que de las rodillas. Así que vamos a realizarle un chequeo, otra ecografía y, dependiendo de los resultados, se tomará una decisión (aunque sé que la van a operar).
Ayer me telefoneó el dueño de Saylor. Me cuenta que está mucho mejor (normal, con el antibiótico...) y que va comiendo (menos mal, porque con la anemia de caballo que tiene....). Me da a mi que a este no le hacen ni la ecografía para confirmar el posible hemangiosarcoma. Le daré un poco la lata la semana que viene a ver si se anima.

lunes, 8 de marzo de 2010

Pobrecillos

Apareció Goofy, un cruce de pequeño tamaño, que como los buenos perfumes, viene con la mala leche condensada (de bozal apretado, vamos). Venía con síntoma inespecíficos: no queria apenas comer, estaba triste... polidipsia-poliuria (mucho beber y mucho pis) y cojeando ligeramente de la patita trasera derecha. Mientras le exploraba sin encontrar nada especial, su dueño me va contando que se hizo daño en la pata a finales de la semana pasada. Como ni tan siquiera la apoyaba, decidieron darle un antinflamatorio que tenían en casa, media pastilla. Pero el sábado no se entendió con su mujer y le dieron otra media. Cuando me ha dicho el nombre del medicamento se me ha caído el alma a los piés. Es un compuesto muy fuerte. Lo suelo usar sólo con perros grandes y en afecciones graves. He recordado que se lo debí de recetar al perro de su hija, un cruce de alaskan malamute de más de treinta kilos, cuando tuvo un pinzamiento de columna. Y aún así no creo que le prescribiera más de medio comprimido al día. Hemos hecho un análisis de sangre para ver cómo podría haberle afectado, si al hígado (malo), al riñón (peor) o a ambos órganos (ni te cuento).
Por la tarde ha venido Saylor, un precioso rottweiler de doce años. Venía parecido, pero peor. No come desde el sábado y apenas se puede mover. Cuarenta de fiebre y un largo historial de problemas, entre los que destaca una artritis inflamatoria autoinmune que lleva tratando de forma intermitente con cortisona, medicamento con unos efectos secundarios tremendos. Por lo menos, a este llevaban bastante tiempo sin medicarle. Le he visto tan mal que le he dicho al dueño que se fuera y me lo dejara en la clínica durante una hora para hacerle unos análisis de urgencia. Porque lo mismo, no volvía a casa.
Hemos tenido los resultado de los análisis de ambos animales a tiempo. Goofy está sencillamente intoxicado, pero por suerte el riñón no se ha visto afectado. Tardará un poco, pero se recuperará sin problemas.
Saylor lo tiene peor. Los análisis mostraban valores aceptables para la función hepática y renal, descartando lo que más temía (un fallo de estos órganos hubiese supuesto su deshaucio). Tenía vente mil glóbulos blancos, señal de un proceso infeccioso serio. Pero además, una anemia tremenda. Esto indica una hemorragia interna (otros valores apuntaban a lo mismo), y la razon más probable es un hemangiosarcoma, tumor que generalmente se presenta en el bazo, y al crecer y romperse, produce una gran hemorragia, muchas veces fatal. Hay que hacer lo más rápido posible una ecografía, y si mi presunción se confirma, habría que quitar el bazo inmediatamente. La cirugía no es muy complicada, pero el tiempo medio de supervivencia tras la intervención es de alrededor de un año. He inyectado antibiótico al pobre animal y se ha ido para casa. Su dueño necesita unas horas para pensar qué es lo que va a hacer, teniendo en cuenta el gasto que supone y su edad. Mañana o pasado me telefoneará...

sábado, 6 de marzo de 2010

Tipos de Veterinarios

-El Empírico: Son los veterinarios que asimilaron la profesión junto a su viejo maestro, ya retirado, desde la época de estudiantes. Vió casos increibles y aprendio cómo tratarlos.
Se asombran todos los días de las cosas que se pueden llegar a ver.
Manejan cinco o seis medicamentos con soltura desde hace años, que a menudo sirven para distintas enfermedades; basta cambiar la dosis y la duración, pero funcionan. O no, pero solo en casos en los que realmente no se podía hacer nada.
En ocasiones hacen analíticas básicas y alguna radiografia con un equipo antiguo que interpretan comparando con casos similares que tuvieron.
Consultan dos o tres libros desde siempre, en los que en realidad, están todas las respuestas.
Cobran cuando pueden lo que pueden, según la situación económica de sus clientes de la que están perfectamente al tanto.
Suelen ser muy vocacionales, abnegados y en el fondo saben que la mejor arma para curar es la atención y el cariño.
Se les puede ver a solas con los pacientes acariciandoles la cabeza mientras cae el gota a gota, repitiendoles como una letanía "Tienes que ponerte bien, venga, tienes que curarte"...

-El Nobel de Veterinaria: Después de doctorarse, hicieron prácticas durante años en los mejores hospitales del mundo.
Son capaces de diagnosticar enfermedades que confundirían al doctor House.
Para cada caso que atienden solicitan pruebas completas de sangre y diagnóstico por imagen con varias proyecciones.
Son visitados, previa cita, por delegados de los laboratorios que les proponen hacer estudios sobre las ultimas novedades en farmacología. A veces pueden llegar a prescribir mas de diez medicamentos para una sola afección.
Manejan las ultimas publicaciones, preferiblemente americanas, que leen ávidamente y comentan en público cada vez que pueden.
Aunque prefieren el pago al contado con tarjeta, ofrecen lineas de financiación para sus facturas con distintas entidades financieras.
A menudo son veterinarios por imposición familiar o bien no les llegó la nota para estudiar medicina. El trato distante con los pacientes les evita sorpresas desagradables.
Casi nunca están en la clínica. Comentan los casos por teléfono o internet mientras preparan su próximo viaje.

La riqueza de la profesión hace que sea muy raro (aunque no imposible), encontrar profesionales puros de estas variedades. De igual forma los hay de tipo empírico que se saben vender y meten unos clavos extraordinarios sin apenas acercarse al paciente y verdaderas eminencias que son de trato cercano y sólo les importa curar al animal.
La mayor parte de los que yo conozco, estamos todo el día trabajando. Ganamos un sueldo ajustado. Tiramos de oficio para el día a dia y estudiamos todo lo que podemos para resolver problemas que en ocasiones nos superan. Y nos han presionado tanto, emociomal y economicamente, que no hemos tenido más remedio que aprender a hacernos valer. Pero es una profesión muy vocacional y, en general, se nota.

viernes, 5 de marzo de 2010

Aburrimiento

A punto de acabar la semana, y poco que resaltar. He puesto todas las vacunas que no pusimos la quincena pasada y he atendido un par de dermatitis en las patas (un westy y un cruce de cocker). Por alguna extraña razón, las patologías se agrupan. Polar va muy bien.Y parece que Elena va a estar menos ocupada; su ausencia ha sido debida a otro tipo de animales bastante peores.
He castrado a una minigata esta mañana. Es curioso, en la misma semana hemos operado probablemente la perra más grande y una de las gatas más pequeñas. He hecho una foto para poder comparar. Entre ambos pulverizadores hay 28 centímetros (la incisión ha sido de 6 mm.)

martes, 2 de marzo de 2010

...no tan perra

He podido hablar con Elena esta mañana. Y me ha aclarado un montón de cosas sobre Polar. El jueves, como comentaba, salió de aquí con la oreja bien, sin puntos y sin inflamación. Yo no estuve en todo el fin de semana, pero el viernes siguió bien, y el sábado apareció por la clínica con un poco de inflamación en la zona baja, no donde yo comentaba ayer que estaba hinchada. Al verle, Elena reconsideró la posibilidad de que tuviera otitis y se hubiese rascado, pero el interior del oido estaba bien. Como era muy poco lo que se había inflamado, extrajo el líquido y le hizo un vendaje compresivo. Regresó a los 30 minutos, se había quitado la venda. Volvió a ponerle otra más reforzada. Y ya vino ayer con la oreja como un globo.
Hoy ha vuelto. Se ha quitado de nuevo el vendaje que le puse después de la cirugía y ya, de paso, un punto de los de arriba. La dueña le ha contado a Elena que el vendaje reforzado del sábado, duró hasta el domingo, porque a base de hacer el bruto, acabó con una parte por un lado, otra alrededor del cuello y la oreja a su aire. En una palabra, todas mis consideraciones de ayer no fueron más que bobadas. El perro se ha vuelto a provocar el otohematoma él solito.
Aparte, poca cosa. Hemos operado una mastodonte (castración), pero ha sido más sencillo de lo que me esperaba, teniendo en cuenta que era doncella. Entre los dos pulverizadores (el blanco-verde y el blanco-rojo del fondo), hay exactamente un metro treinta. La incisón ha sido de tres centímetros y medio.

lunes, 1 de marzo de 2010

Perra Vida

No pretendo convencer a nadie de mi infalibilidad. Las cosas, en ocasiones, se tuercen. Y hoy ha salido un día torcido.
He empezado bajando a Madrid a por unos materiales que necesitaba, atasco de los buenos. En esas andaba cuando me ha llamado Elena para decirme que no podñia venir (asuntos personales ineludibles). Llego por los pelos a la clínica y lo primero que entra por la puerta es un señor con un perro en brazos. Un cruce de Pincher, un poco más grande, que ya desde que le he visto, el sexto sentido (la experiencia) me ha dicho que andaba tocado. Al parecer lo había atropellado un coche en Torres de la Alameda, dándose a la fuga a continuación, y el pobre hombre lo había recogido y me lo traía a ver cómo estaba y qué se podía hacer. Le examino; tenía las mucosas más blancas que la cal (señal de hemorragia interna) empezamos bien. Como no se podía ni levantar, le he puesto un antinflamatorio fuerte para que aguantara y le he mandado a toda velocidad a un hospital. El perro tiene en torno a dos años y no le han puesto el chip. El collar es uno de esos de cuero gastado que suelen usar los cazadores. Pobre animal. Aún no tengo noticias de él...
Casi es salir por la puerta y vuelven a llamar. Polar, con su dueño. Me sonrío porque le había quitado por fin todos los puntos el jueves y pensé que venía a la última revisión. Pero se le ha vuelto a crear el otohematoma casi del tamaño del original.
Esto es de lo peor que te puede pasar. Llevamos trabajando con este perro dos semanas. Hemos hecho más de ocho revisiones. Le cambiamos el vendaje inicial dos veces. Le revisamos otras tantas por si aparecía infección. Le hemos quitado los puntos en tres tandas. Despacio, con mimo. El jueves salió de aquí con la oreja completamente curada. Revisamos la otitis por si persistía y no. Todo había ido bien. Mucho trabajo, pero todo bien. Y en dos días como al principio.
Le comento al dueño que en ocasiones puede ocurrir, y le pongo el ejemplo de una escayola en un tobillo torcido; si al quitarte la escayola, das un mal paso, se vuelve a lesionar. A regañadientes me ha dado permiso para volver a operar. Casualmente otra vez no está Elena, así que me he quedado al mediodía volviendo a coser la oreja del pobre Polar (al que ya he cogido cariño, con tanta visita...)
Realmente estoy rebotado. No sé hasta que punto es responsabilidad nuestra el que haya vuelto a ocurrir, pero lo que es un error es no plantearselo.
El borde distal de la oreja tenía un poco de inflamación el martes pasado, así que decidimos quitarle todos los puntos menos los de esa zona. El jueves, esa inflanación había desaparecido, pero ahora recuerdo que salió un poco de suero sanguinolento por los últimos puntos que quedaban. Esto puede ser normal porque cuando llevan más de diez días, se inflaman y se infectan. Tal vez la inflamación bajó al salir el líquido por la sutura, me tuve que dar cuenta. Y dejarle esos puntos al menos cuatro o cinco días más aún a riesgo de que se infectaran.
Elena sostenía que había que haberle echo un vendaje conpresivo después de quitarle los puntos. Yo decidí no ponerselo porque ví que la oreja estaba bien. Personalmente creo que el vendaje no hubiera sido suficiente; al quitarselo unos días después, hubiese ocurrido lo mismo. Pero nunca lo sabremos.
El caso es que ya está de nuevo reparado. Y voy a estar muy al tanto de él, a diario si hace falta. Pero este pobre animal se cura o se cura.