domingo, 31 de enero de 2010

Qué bonito!!! Yo quería ser veterinario

Hola
Mi nombre es Carlos, tengo 42 años y trabajo en una clínica veterinaria cerca de Madrid. Una clínica pequeña, modestamente equipada, donde atendemos (hay otra compañera, también veterinaria) sobre todo a perros y a gatos .
Todas las profesiones tienen su complicación, pero la nuestra es especialmente retorcida. Tenemos que averiguar cómo solucionar los problemas de los animales (los "pacientes") y los de sus dueños (los "clientes"). Además, cobramos por ello.
La mayor parte de nuestro trabajo es rutinario. Casi todo lo que hacemos ya lo hemos hecho muchas veces antes; ¿en donde estriba pues la dificultad? Pues en la facilidad que tiene cualquier cosa para complicarse: por el animal, por la patología y, fundamentalmente, por el dueño.
A menudo nos repetimos una frase de manera sarcástica, una coletilla que hemos oido muchas veces en una fiesta o reunión social. Te encuentras con alguien que no conoces, te presentas, empiezas a charlar y cuando descubre a qué te dedicas (en la época en la que lo decía), siempre ese alguien exclama: "Qué bonito!!!, yo quería ser veterinario/a". Joder.
Recordamos la frase cada vez que nos sentimos arrastrados por el fango. Mínimo una vez por semana, aunque hay semanas extra.
Sé de muchos compañeros que cuando empezaron a vislumbrar lo que se les venía encima, cambiaron a tiempo de ocupación; así, conozco unos cuantos veterinarios que se dedican a la informática, la contabilidad, más aún a la carrera comercial... Yo sigo en esto porque, como también me repito a menudo, alguien tiene que hacerlo, y al menos yo procuro hacerlo de manera honrada (conmigo mismo). Y porque estoy bastante enfermo (mental) de mi profesión. Me gusta.
He dudado mucho en comenzar este blog. Me ha decidido la idea de plasmar el día a día, me da rabia cuando olvido los detalles. Por dejar entrever la profesión a los que son ajenos a ella y para que algún dueño entienda las razones de porqué y cómo se hacen las cosas.
Ya veremos dónde llega.

6 comentarios:

  1. Carlos:
    1.- Ya te he añadido a mi reader, ahora te toca escribir 2 o 3 veces por semana.
    2.- La semana que viene Viernes se pasará por la clínica nueva (y así la conocemos)
    3.- Antes de ayer me corté un dedo con un cuchillo jamonero, visto como me lo han dejado, la próxima vez voy a la clínica como paciente.

    Me ha parecido buena idea lo del blog, siempre tienes historias muy curiosas que contar.

    Un abrazo tio.

    Pechodelata.

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  2. 1- Intención tengo, y temática no te preocupes que también.
    2-A ver si es verdad
    3-y ahora me lo dices, con lo que me gusta a mi coser!!!
    Un abrazo

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  3. Verdades como puños, sí señor. Una carrera tan bonita, una profesión tan bonita... era lógico que tuviera que tener algún inconveniente.

    El veterinario no sólo es aquélla persona que se desvive por la salud de los animales, sino que además de sanarlos, proporciona alegrías (en los casos favorables), o consuelo (en los desfavorables), a sus dueños.

    Me alegro de que siga habiendo personas que creen en esa frase de la infancia de "Yo quiero ser veterinario", y que la sigan creyendo hasta el final

    Muy buen trabajo

    Muchos besos y ánimo con el blog. Seguiré impaciente las nuevas entradas

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  4. Felicidades por tu blog , iremos leyendolo besos

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  5. Animo y a ver si hay suerte y no sigue este blog porque no tienes tiempo de la cantidad de clientes (de los que pagan los dueños)que tienes.Un abrazo

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