jueves, 8 de julio de 2010

Una pena

Hoy he hablado con el traumatólogo. Y me ha confirmado algo que ya me comentaron ayer. Rubí, la perrilla con las rodillas destrozadas por la que tanto hemos luchado, por la que tanto nos hemos preocupado, no mejora. Son ya tres operaciones, y sólo hemos conseguido paliar su dolor, que no es poco. Pero no volverá a andar con normalidad. Una pena
Por suerte, tiene los mejores dueños, la cuidarán y mimarán durante mucho tiempo. Será feliz. Pero siento como si se me hubiera roto algo por dentro.

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