miércoles, 6 de octubre de 2010

Dormir

Cada vez me da más pereza escribir...me resulta complicado porque hemos tenido mucho trabajo de rutina, y algún que otro disgusto, pero no quiero reflejar aqui ni mi aburrimiento, ni convertir este espacio en un lugar de desahogo.
Hemos tenido mucha cirugía menor, castraciones, limpiezas de boca y cosas así. La verdad es que el quirófano me angustia más por la anestesia que por el procedimiento, y cierto es que contamos con el mejor protocolo, el mejor equipo y la mejor monitorización que nunca; pero siempre es una responsabilidad para mi, aunque al final no tengamos problemas serios. El caso es que primero hay que inducir por vía intravenosa, de forma que no puedes quedarte corto porque, después de intubar, queda un lapso entre que empieza a funcionar la anestesia inhalatoria y desaparece el efecto de la inyectada; o puede pasar al revés, que pongas algo de más, o un poco más rápido de lo debido, y el perro entre en apnea (no respira) y hay que ventilarlo un rato vigilando al segundo el pulso y la saturación de oxígeno en sangre. Porque no hay una dosis exacta, cada perro es un mundo: depende de lo nervioso que sea, de lo gordo que esté, de lo sensible que resulte. Así, hace una semana necesité usar casi un envase entero para una golden, y aun así tuvimos que esperar al efecto de la segunda anestesia para una simple limpieza de boca y dos días después, "tumbé" a un mastín de exactamente el mismo peso con la mitad de dosis.
Todo esto viene a que hoy, hemos dormido a Dina, una fantástica westy, para extirparla una masa del tamaño de una cereza en un costado. No parecía un tumor, mas bien algún tipo de quiste, pero le estaba creciendo. Y ante la duda, se quita. La propietaria es muy amable, y no ha podido remediar unas lágrimas cuando nos la ha dejado. Me he setido realmente comprometido con el cariño entre ellas. Por ello, yo no quería dormir a esa perra, pero hay que hacerlo y siempre pienso que ante la necesidad, prefiero hacerlo yo que dejarselo a cualquier otro; lo paso regular, pero me fio de mí. No ha ocurrido nada reseñable, de hecho ha ido todo especialmente bien y sencillo. Ha resultado ser una pilomatricoma (una especie de quiste bastante asquerosillo que se produce a partir de un foliculo piloso) y eso sí, le he hecho un bordado de película; me he esforzado especialmente. Diez minutos después de la intervención, ya estaba dando paseos por la clínica y pidiendo galletas.
Por otra parte, tengo que reseñar que ayer sacrifiqué a Rubi, la preciosa perrita a la que operaron tres veces de las rodillas sin éxito. Tenía el Cushing completamente descompensado, a pesar de la medicación, y a finales de la semana pasada, la descubrimos una hernia inguinal que se hizo enorme en pocos días. Descanse en paz.

No hay comentarios:

Publicar un comentario