martes, 2 de marzo de 2010

...no tan perra

He podido hablar con Elena esta mañana. Y me ha aclarado un montón de cosas sobre Polar. El jueves, como comentaba, salió de aquí con la oreja bien, sin puntos y sin inflamación. Yo no estuve en todo el fin de semana, pero el viernes siguió bien, y el sábado apareció por la clínica con un poco de inflamación en la zona baja, no donde yo comentaba ayer que estaba hinchada. Al verle, Elena reconsideró la posibilidad de que tuviera otitis y se hubiese rascado, pero el interior del oido estaba bien. Como era muy poco lo que se había inflamado, extrajo el líquido y le hizo un vendaje compresivo. Regresó a los 30 minutos, se había quitado la venda. Volvió a ponerle otra más reforzada. Y ya vino ayer con la oreja como un globo.
Hoy ha vuelto. Se ha quitado de nuevo el vendaje que le puse después de la cirugía y ya, de paso, un punto de los de arriba. La dueña le ha contado a Elena que el vendaje reforzado del sábado, duró hasta el domingo, porque a base de hacer el bruto, acabó con una parte por un lado, otra alrededor del cuello y la oreja a su aire. En una palabra, todas mis consideraciones de ayer no fueron más que bobadas. El perro se ha vuelto a provocar el otohematoma él solito.
Aparte, poca cosa. Hemos operado una mastodonte (castración), pero ha sido más sencillo de lo que me esperaba, teniendo en cuenta que era doncella. Entre los dos pulverizadores (el blanco-verde y el blanco-rojo del fondo), hay exactamente un metro treinta. La incisón ha sido de tres centímetros y medio.

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