Hoy ha vuelto. Se ha quitado de nuevo el vendaje que le puse después de la cirugía y ya, de paso, un punto de los de arriba. La dueña le ha contado a Elena que el vendaje reforzado del sábado, duró hasta el domingo, porque a base de hacer el bruto, acabó con una parte por un lado, otra alrededor del cuello y la oreja a su aire. En una palabra, todas mis consideraciones de ayer no fueron más que bobadas. El perro se ha vuelto a provocar el otohematoma él solito.
Aparte, poca cosa. Hemos operado una mastodonte (castración), pero ha sido más sencillo de lo que me esperaba, teniendo en cuenta que era doncella. Entre los dos pulverizadores (el blanco-verde y el blanco-rojo del fondo), hay exactamente un metro treinta. La incisón ha sido de tres centímetros y medio.
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